sábado, 19 de diciembre de 2009

LA IMPORTANCIA DE UN SÍ...


Hay una palabrita que en todos los idiomas y en todos los sentidos en que el ser humano pueda comunicarla es muy importante, tanto que alegra o entristece dependiendo mucho de lo que esperemos de ella, y de lo que de ella se desprenda después de decirla, recibirla, y aceptarla.

Muchas son las veces que la usamos durante el día, pero en algunas ocasiones sí que es realmente importante y valiosa. Esta expresión palabra a la que hago referencia es la palabra para afirmar la dispoción a realizar algo, o aceptar que se realice por otros una acción, o también por uno mismo. Es la palabra SÍ... el sí es tan importante en la vida que puede cambiar el rumbo de la misma.

Pienso en la oferta que Dios un día decidió hacerle a una mujer para incluirla admirablemente en su plan de salvación, mostrando con ello que el regalo más grande y magnifico que nos ha dejado es la libertad de saber escoger. Un día Manda a su ángel a que le consulte a María sobre su condecendencia para ser la madre del salvador del mundo, no sería sencillo para esta mujer aceptar de buenas a primeras algo que por demás no es simplemente natural sino de orden tan sobrehumano.

El sí, así de igual manera que quienes se unen en matrimonio se lo dicen o manifiestan mutuamente los constituye en una sola carne, ¿no ha de ser importante? lo es, y lo es tanto que en adelante se deben fidelidad, y hablo del matrimonio y de ahí pienso en que una vez se dice sí, lo importante es mantenerlo y defenderlo.

Quienes buscan de seguir al Señor por los caminos dela vida consagrada, por los caminos de la fe en Él
tienen el ejemplo de la Santísima Virgen mujer que fue fiel a su sí, el matrimonio cristiano bien llevado es otro ejemplo, y la vida consagrada de igual manera se hace ejemplo de fidelidad a la respuesta afirmativa que se da.

Vale la pena decir sí, sí te acepto y te sigo, te quiero entregar mi vida.

Pensemos en que decimos sí y debemos ser fieles a ese sí que damos.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Estemos siempre alegres.

En distintas partes y de distintas maneras la vida por medio de muchos hermanos nos está constantemente mostrando cuanto debemos estar agradecidos con Dios y con la vida misma.

Muchos de nosotros en este tiempo de la navidad estamos alegres por muchos motivos, mientras que otros de queja en queja por su situación principalmente económica, desconociendo una grandísima cantidad de bendiciones que tenemos, estas quizas sean tan sencillas que pasen desapercibidas y por tanto no agradecidas.

Pensemos en la gran bendición que es podernos comunicar, mientras que cuantos desearían hacerlo y su aparato fonatorio no funciona o funciona de manera inadecuada, por citar tan solo un ejemplo.
Pensemos en la gran cantidad de personas que no pueden quejarse de un duro colchón por que simple y sencillamente han amanecido en la calle.
Pensemos cuantos por estos días no tienen con quien compartir una palabrita,  mientras que muchos se hunden en grandes fiestas donde abunda el licor, la comida, y la alegría mal entendida. Hablo en el caso de la navidad Colombiana...
Pensemos en aquellos que no pueden celebrar tan siquiera un poco la navidad por que están internos en las clínicas y hospitales.
Pensemos en aquellos que de una u otra forma sufren en silencio, hondas penas que por esta época navideña se hacen mucho más profundas.

Yo me invito a mi mismo y de paso lo hago a usted que lee estas pocas lineas que escribo a que reconsideremos y pensemos un poco en esta etapa final del año y nos daremos cuenta que es mucho más lo bueno que tenemos y nos causa alegría, que lo malo que nos nubla el corazón.

Por eso Digo: Estemos siempre alegres.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Un Dios que se hace Hombre...

Pudiera uno pensar en muchas cosas...
Hoy quiero pensar en la encarnación. Y no puedo menos que asombrarme con el misterio que encierra todos los misterios.

Es que es muy grande que Dios se haga pequeño, tan pequeño que necesite del cuidado y antes de eso de la aceptación de una mujer que lo llevara en su seno, en sus entrañas y cuidara y protegiera al mismo que nos cuida y protege a todos.

Que maravilla pensar en este misterio de amor, la culpa que no pudimos saldar se comienza a pagar con la fecundación Santa de una Mujer Virgen... ¡que misterio!.

Pensando en esto tendríamos que hacer lo mismo que los grandes místicos y santos, guardar un grande y profundo silencio, y muy reverente por cierto.

Muchos son lo que no creen que un Dios pueda hacerse hombre y menos aún que se someta a la condición del mismo, incluso conociendo la tentación...

Pues bueno, es tan grande nuestro Dios que no solo  decide hacerse hombre, sino que lo hace desde lo más pobre y sencillo, de tal manera que si los seres racionales no lo aceptaron acudió a dos irracionales para que lo calentaran mientras conoció  lo que había creado por sus mismas manos miles de años atrás.

No hay que pensar en un niño con la conciencia de ser Dios, de  lo contrario no hubiese valido la pena una encarnación que engañara a los hombres, pues de que vale que el niño en la cuna pensara en crecer para cumplir con la cruz y con la muerte para darnos vida.

Hay que pensar mejor en aquel niño que crece amando como le enseñan sus padres a un Dios tan bueno y tan grande que se hace su hijo preferido y se da cuenta que es de allí de donde viene y a donde debe volver. Es el caminito que debemos seguir los que somos Cristianos...

Que al contemplar en los próximos días al jesús del pesebre, a ese pobre y tierno niño, nos veamos nosotros delante de Dios y que podamos como lo hizo él ir creciendo en gracia y sabiduría de modo que ya adultos sepamos decir que somos de verdad hijos de Dios.

jueves, 10 de diciembre de 2009

¿Seré capaz yo?


¿Qué tan preparados estamos para partir?

Por motivos que solo Dios sabe he tenido la oportunidad de conocer la fortaleza con la que una mujer cristiana, convencida, y muy practicante, ha asumido la noticia de tener cancer en su organismo.

Es motivo de asombro cómo hace tan solo unos pocos días era una mujer llena de vigor, de actividades, incluidas algunas de voluntariado, en las que servía a otros que estaban enfermos, y parecía que  la enfermedad no rondara muy cerca de ella, pero en poquísimos días su ánimo ha decaído a causa de fuerte agotamiento corporal más no espiritual, si su cuerpo muere poco a poco, su ánimo aún está vivo y se mantiene como antes.

Esto me ha llevado a reflexionar sobre lo preparados que estamos o no para ese momento inevitable que a todos nos espera y que a decir verdad no distingue entre ricos y pobres, ese momento en el que no hay discriminación, el momento que no excluye a nadie, ese momento tan hermoso para unos y tan horrible para otros, ese momento que San Francisco llamó con nombre de hermana, hermana muerte.

Pienso que muchos de nosotros andamos por el mundo y casi nunca nos detenemos un momento a pensar ¿Que será de mi en la hora de mi muerte?, ¿estaré yo preparado para asumirla, y aceptarla?.

La verdad es que muchos prefieren evadir este asunto por temor, pero lo cierto es que a todos nos llegará el momento, habría que preguntarnos ahora, ¿si fuera yo el que diagnosticaran con una enfermedad terminal, qué haría?. Creo que tenemos mucho que aprender de las personas que asumen con amor cristiano y con verdadera esperanza su dolor físico y lo unen a los padecimientos de Cristo Jesús  ofreciendolo por la salvación de otros hermanos. La verdad es que ver a una familia tan unida entorno  a una hermana, esposa, y madre, que sufre por su lenta muerte es edificante y llena de sentido a los que vemos su testimonio ante la muerte por una enfermedad terminal, la misma que como la muerte escoge a cualquiera, y poco a poco se lo va llevando.

La esperanza hace que tengamos el valor para morir tranquilos y en paz, y no es un acomodarse a la muerte por que no haya algo que hacer, no, es solo ir aceptando la realidad de la condición humana limitada y caduca. Es que no somos eternos en este mundo. No tenemos asegurado el mundo como destino final, nuestra verdadera morada esta en otro mundo, en otra realidad, no nos deberíamos aferrar a esta condición, si supieramos de verdad lo que nos tiene preparado el Padre del Cielo. Quizas esta mujer de la que hablo a captado en su vida que lo que le espera es mucho mejor que lo que está dejando en este valle de lágrimas, y por tanto su fortaleza es inalcanzable, a tal punto de ser ella quien aliente a seguir la lucha propia de cada uno de los que deja en casa, esos mismos que sufrirán su ausencia.

Estamos llamados a hacer crecer tanto en nuestra vida la fe de hijos de Dios de modo que cuando se llegue nuestra hora de partir de este mundo estemos preparados y listos para ese encuentro en el que nos juzgarán en el amor y nos pedirán que mostremos nuestras manos y en ellas las obras que hayamos realizado en y por el amor.

¿Seré capaz yo de dejar este mundo en paz con Dios y con los que me rodean?

"Velad y orad por que no sabéis ni el día ni la hora" permaneced en vela...

jueves, 3 de diciembre de 2009

Es Navidad... ¡Dad!.

Me he puesto a pensar en esa palabra que en castellano es Navidad, no voy a hacer un analisis de su origen y el significado original de la misma, solo me quiero detener en un simple detalle que me parece puede encerrar el significado tan grande que tiene este tiempo tan especial.

Navidad es epoca de regalos, manifestaciones de aprecio, detalles, estrenes... bueno en un sentido pleno es epoca de dar, así pienso que no en vano las tres últimas letras de la palabra son DAD... como si nos invitaran a hacer eso que dicen esas tres letricas tan simples.

Hoy los y las invito a hacer eso, a que demos, en  esta navidad Dad, Dad, Dad, algo de ustedes mismos, algo que es simple y no cuesta nada, una sonrisa, un saludo, un simple golpecito en la espalda de alguien, un beso de esos que quizas hace mucho no das...

Dad algo que cause sorpresa, una buena noticia, una mirada especial, una bonita palabra...

Por esta epoca pensamos en los niños que esperan sus regalos, y casi creemos que son solo los niños los que necesitan la navidad y no es tal,  yo me pregunto ¿Dónde quedan los ancianos solos y que no tienen familia y que habirtan los hogares geriatricos?, o esos mismos que viven en medio de muchas personas y que sufren un eterno olvido, o aquel que está invadido de la nostalgia y tan solo quiere que alguien lo escuche...

Dad en navidad... dad sonrisas, dad abrazos, dad amor, dad cariño, dad de vosotros mismos a quienes encontréis en el camino... dad, dad, dad, a y no se os olvide recibid. también hace falta.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Cuando se acerca el final.


Damos inicio a los últimos días del año en curso, y la verdad como siempre al final de todo se acerca o mejor es la oportunidad precisa para sentarse con calma a pensar en el tiempo que ha trascurrido en el año, se dejan atrás once meses, y el mes que iniciamos parece quizas el más corto de todos, pues al menos en nuestra cultura Colombiana y especialmente la Antioqueña es mes de parranda y diversión, un mes que muchos cerdos si supieran su triste y cruel destino desearían no llegara.
En este mes de diciembre habrá que sacar el espacio para la reflexión sobre lo vivido en los otros meses y será posible ir pensando y clasificando los eventos por categorías, o al menos eso pretendo hacer yo, ir tratando de pensar en lo que he vivido hasta ahora en este año y lo iré clasificando por categorías y sugiero algunas, no siendo estas ni las unicas ni las últimas, así pues, clasificaré eso excelente que me ha ocurrido, las alegrías, las sorpresas, las personas, los hechos, que queden en esta categoría no deberán ser pocos, si lo pensamos bien, creo que son más las cosas excelentes que aquellos que vamos a clasificar en otra categoría. Eso que he llamado excelente habrá que tenerlo muy presente en este momento del año donde la nostalgia es un vecino que llega a la puerta y toca para entrar, es en este momento, cuando la nostalgia llegue que habrá que sentarla cómoda en el mejor sillón de casa y empezar a hablarle de aquello excelente que nos ocurrió durante el año, de manera que se sienta incomoda y se largue lejos.

Otra categoría para clasificar es esa en la que también hay que ubicar algunos hechos, personas, situaciones, es la categoría de lo negativo, lo malo, lo feo, lo sucio, es la categoría que viene también en el paquete que se llama vida, aún si algunos no sabemos que función cumple en medio de lo demás, a esa parte que he categorizado como mala le tenemos miedo, aún desconociendo que quizas eso malo que nos ocurrió es lo que nos ha hecho fuertes, valientes, decididos a continuar, y arriesgados frente a lo nuevo y que causa supenso.

Todos hemos tenido durante este año sucesos incomodos y que traen a nuestros recuerdos imágenes que nunca quisieramos volver a recordar y palabras que deseamos mueran el último rincón del olvido. Algunas de estas palabras e imágenes las asociamos de inmediato  con personas, a esas mismas que habrá que reprochar su acción pero que más allá de su acción tendrémos que valorar como personas, su ser, lo que son  para nosotros.
En lo que he categorizado como malo  tendremos que pensar también en el mal que hemos causado a otros, las palabras mal usadas, las malas intenciones en nuestro obrar, la negligencia en muchas de las cosas a nuestro cargo, entre otra gran variedad de posibles males que hemos causado, nos tendremos que al menos arrepentir en nuestro interior y de ser posible buscar la manera de pedir la reconciliación con aquellos que hemos ofendido.

He hablado de lo excelente y lo malo o feo, pero hay algunos hechos que por sí mismos son para calificarlos y categorizarlos muy complejos, son buenos y son malos, son como espacios grises que depende del punto en que los miremos, no sabemos en cierto modo donde ubicarlos, esos si que son dificiles de asumir y evaluar, así, me refiero a eso de tener seguridades a las que hay que renunciar por que la misma vida para darte algo más te quita algunas de las que tienes y, en algunas ocasiones todas ellas. Tener una alegría y saber que para darte otra tan solo tienes que soltar la que tienes, a eso me refiero, a que algunas veces no es la vida solo en blanco o en negro, hay grandes momentos de esta que la tonalidad gris lo invade todo.

Bueno será entonces poner tres categorías lo blanco, eso bueno, excelente, y especial que hemos recibido, lo negro, lo malo, lo incomodo, lo feo, y lo gris como aquello que no es ni blanco ni negro y que simplemente se ha presentado en la vida y que nos cuesta entender, interpretar, asumir, acoger.

Habrá que aprender a asumir los tres lo blanco, lo negro y lo gris, sabiendo que la vida en muchas de las ocasiones se torna gris, lo que es alegría para ti puede ser tristeza para otros, y viceversa.

 Cuando se acerca el final me digo a mi mismo: ¡El tono gris no es del todo feo!.