lunes, 12 de diciembre de 2011

LA PORFIADA DEBILIDAD DE DIOS: LA POBREZA Y LOS POBRES.

Un rancho con dos bestias, ¡Que gran riqueza! En el pesebre se oculta el más grande tesoro del mundo...

Recuerdo y comparto de forma especial en esta Navidad las reflexiones a las que nos invitó en mayo de este año el Sacerdote Rafael Villena, Sacerdote de la Arquidiocesis de Santiago de Chile, Sacerdote que nos predicó un retiro espiritual en la laguna Merín, Frontera entre Uruguay y Brasil.

Me limito a trascribir como un abuso que me perdono a mi mismo con el objeto de que servirá a muchos, algunos apartes de las reflexiones que nos compartía este sacerdote y las cuales me parecen espectaculares para pensar en esta Navidad del 2011.

I   Jesús nace en una pesebrera. 
No es bueno adornar demasiado el pesebre de Navidad. No es bueno domesticarlo. El pesebre nos denuncia, nos cuestiona. Es necesario recordar que Jesús nació en una pesebrera porque “no hubo lugar para él en la posada” (Lc.2, 7). Y cuando muere, lo hace entre ladrones (Mc.15, 27) y lo entierran en una tumba prestada (Mt.27, 57-61). Tampoco tuvo lugar propio. El Hijo del Hombre no tenía dónde reposar su cabeza (Lc.9, 57-58). Este dato histórico ya marca el itinerario y las opciones de los discípulos. En las pesebreras viven los animales y lo que hay ahí es lo propio de los animales. Ahí nace el Hijo de Dios. Conozco una abuelita que nació en un pajar, pero no es lo normal.
Jesús podía haber nacido en alguna de las potencias de la época; sin embargo, lo hace en un pequeño país. Y no nace en la capital, Jerusalén, sino en un pequeño poblado. Y no en el Templo o en la mejor casa de Belén. Ya sabemos dónde.  Dios tiene una porfiada debilidad por la pobreza y por los pobres. Sin excluir a nadie, éstas son sus opciones. Los pastores serán los primeros en llegar a adorarle. Vivirá rodeado de “pecadores”, descalificados y excluidos, y morirá entre ladrones. Realmente Dios ama “hasta el extremo”, hasta donde nos cuesta mucho llegar a nosotros.
II Nuestra fragilidad, posibilidad de que Jesús nazca.
Toda persona adulta sabe, por experiencia propia, que en la vida se dan grandes crisis y quiebres. Por lo menos 2 son gratuitas y seguras: el nacimiento y la muerte. Pero es necesario pasar por momentos en que todo pareciera terminarse, irse abajo. Y hay que comenzar de nuevo, “reinventarse”. Jesús lo llama “nacer de nuevo, de lo alto, del agua y del Espíritu” (Jn.3, 3.5). Fallan los referentes, caen las seguridades; muchas veces, personas significativas se alejan,  y se experimenta, además del quiebre, una profunda soledad. Se quiebra el orgullo, se experimenta el fracaso, la inseguridad, la impotencia. Es necesario morder polvo y desde el suelo, entre lágrimas, sudor y sangre, clamar: “¡Sálvame, Señor”, que me hundo! (Cfr. Mt. 14, 30). Mientras mantengamos la mirada fija en Jesús, seremos capaces de avanzar en la vida. En la medida que nos centramos en nosotros mismos, o en lo adverso de las circunstancias, nos hundimos. No es fácil pedir ayuda. Normalmente se hace después de muchos intentos fallidos. A veces, demasiado tarde.
Nuestra fuerza está en la debilidad que se abre a Dios. La debilidad traspasada de gracia es fuerza y poder. La debilidad cerrada sobre sí misma es abandono a las propias fuerzas, escasas e inconstantes. Quien no pone su fragilidad en Dios, queda confiado a sí mismo. Sabemos lo resbaloso y traicionero de este terreno. Por más que creamos tener algunas habilidades. No nos servirán a la hora del sinsentido. Cuando estamos bien, somos capaces de nadar con variados estilos. Cuando estamos mal, flotar ya es bastante. Cuando estamos bien, navegamos con nuestros propios sentidos. Cuando estamos mal, hay que ser capaces de navegar con otros instrumentos. Confiar en otros. En la vida hay que aprender esta obediencia básica y vital. El aprendizaje es largo y duro. Es inútil “rebelarse contra el aguijón” (Cfr. Hch.26, 14). Con bastante frecuencia, la debilidad propia negada se transforma en rigidez e intolerancia con el prójimo, y se hace difícil la misericordia con el hermano, lo que afecta seriamente el trabajo en equipo y la vida comunitaria.
El Apóstol Pablo recorre este largo e importante camino. “No me alabaré sino de mis debilidades… ‘Te basta mi gracia; mi fuerza actúa mejor donde hay debilidad’. Con todo gusto, pues, me alabaré de mis debilidades para que habite en mí la fuerza de Cristo… Cuando me siento débil, entonces soy fuerte” (2 Cor. 12, 5-10). Y Jesús les recomienda a sus discípulos “estar despiertos y orar”, pues “el espíritu es animoso pero la carne es débil” (Mt. 26, 41; cfr. 1 Cor. 16,13-14). No es excusa ser débil. Ese no es el problema. Todos somos débiles. “Soy un pobre malherido” (Ps 68). El punto de la vida espiritual es cómo abrirnos y poner en Dios esta debilidad. Esa es la diferencia. Cuando no ponemos nuestra debilidad en las manos de Dios, hay mayor resistencia a la acción de la gracia en nosotros. Normalmente, no somos ni seremos pobres, pero sí podemos experimentar nuestra propia indigencia. Para nosotros, la pobreza es una opción, pero conocer la propia indigencia supone una actitud fundamental de obediencia. Al iniciar el Seguimiento de Jesús, creímos haberlo dejado todo. ¿Qué se puede dejar en la juventud? A lo más, algunas posibilidades de futuro. En cambio, en la madurez de la vida, somos despojados. Y este es el Seguimiento definitivo, en que intuimos que no hay vuelta atrás. El “Sígueme” de Jesús suena ahora totalmente distinto (Cfr. Jn 21,15-23).
III Incluso desde nuestro pecado.
Jesús, el  Cordero inocente, el que no conoce pecado, es “hecho pecado por nosotros” (2 Cor.5, 21), para que, en Él, lleguemos a participar de la santidad de Dios. “Lo hizo víctima por el pecado” (Rom. 8, 3). Fuertes afirmaciones de Pablo. Jesús, por su Encarnación, comparte nuestra existencia humana, para que nosotros alcancemos la vida de Dios. Sin conocer Él mismo el pecado, sufre y asume en sí las consecuencias de éste: sufrimiento, injusticia, mentira y, finalmente, la muerte. Pero, la última palabra siempre será de Dios y, por lo mismo, siempre será de vida, y de Vida Eterna. El Padre no podía permitir el triunfo del mal y de la muerte. En Él, triunfamos todos.
Incluso nuestra realidad de pecado puede ser ocasión para alcanzar la vida de Dios, en la medida que nos volvemos a Él, a su amor, a su misericordia y a su perdón. También podemos exclamar, junto con la Liturgia de Resurrección “¡Feliz culpa, que nos mereció tal Redentor! Jesús es el  Perdón de Dios. Él nos devuelve al Padre, al precio de su vida. La clave está en denunciar nuestro propio pecado como un cuerpo extraño, como un anti-yo. Lo peor es identificarse con el propio pecado. De ese modo, lo escondemos, lo protegemos. Y aprendemos a mentir. El pecado hay que desenmascararlo, ponerlo sobre la mesa del perdón y denunciarlo. El personal y el social. Si no, nos hacemos cómplices suyos (Cfr. Rom.7, 14-25). En un creyente, en un consagrado, hasta su pecado ha de ser transparente. Lo peor es el pecado oculto. Expresa la confusión que provoca el mal en nosotros, hasta llegar a proteger al mismo que nos secuestra (síndrome de …….). “Este es nuestro ministerio. Lo tenemos por pura misericordia de Dios y por eso no nos desanimamos… No nos predicamos a nosotros mismos, sino que anunciamos a Cristo Jesús como Señor… Con todo, llevamos este tesoro en vasos de barro para que todos reconozcan la fuerza soberana de Dios y no parezca como cosa nuestra” (2 Cor. 4, 1-15). Importante ministerio este de la reconciliación con Dios. De Él nos “viene todo consuelo, el que nos conforta en todas las pruebas por que ahora pasamos, de manera que nosotros también podamos confortar a los que están en cualquier prueba, comunicándoles el mismo consuelo que Dios nos comunica a nosotros” (2 Cor. 1, 3-4).*ver  traducción. El ministerio entregado a la Iglesia en manos de Pedro nos desafía: “todo lo que ates en la tierra será atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos” (Mt. 16, 13-20). Grave responsabilidad. Es necesario tomar conciencia sobre ello. Creo que estamos para desatar y no para atar (Cfr. Lc. 6, 36-38).
Jesús, “no vino para socorrer a los ángeles, sino a los hijos de Abraham” (Hb. 2,14-18). “Por eso, que cobren vigor los brazos que desfallecen y que se hagan firmes las rodillas debilitadas” (Hb. 12,12).
Con los de conciencia débil, me hice de conciencia débil, a fin de ganarlos. Me hice todo para todos con el fin de salvar por lo menos a algunos” (1 Cor.9, 22).
“Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor” (Ps. 26).
¿Conozco mi fragilidad? ¿Sé cuidarme o me sobreexpongo? ¿Logro integrar mi fragilidad al conjunto de mi persona? ¿Pongo en ella la Luz de Jesús y su Gracia? ¿Conozco la fragilidad de mis hermanos? ¿Cómo reacciono ante ella?
Aparecida N° 177
“… también hay situaciones, nunca bastante deploradas, en las que la Iglesia misma sufre por la infidelidad de algunos de sus ministros. En estos casos, es el mundo el que sufre el escándalo y el abandono. Ante estas situaciones, lo más conveniente para la Iglesia no es tanto resaltar escrupulosamente las debilidades de sus ministros, cuanto renovar el reconocimiento gozoso de la grandeza del don de Dios, plasmado en espléndidas figuras de Pastores generosos…”. (Benedicto XVI, Convocatoria al Año Sacerdotal 1,5).
“Sabemos que hay quienes  pasan por grandes tribulaciones y dificultades… “llevamos este tesoro en vasos de barro…” (2 Cor. 4,1.7)…  para ser fieles…  tenemos que tomar conciencia clara de “la insuficiencia de nuestros recursos humanos, el escaso valor de nuestras facultades para la misión que Cristo ha confiado a los ministros de su Iglesia”. Y que “la respuesta que corresponde a este don no puede ser otra que la entrega total: un acto de amor sin reservas. La aceptación voluntaria de la llamada divina al sacerdocio fue, sin duda, un acto de amor que ha hecho de cada uno de nosotros un enamorado. La perseverancia y la fidelidad a la vocación recibida consiste, no sólo en impedir que ese amor se debilite o se apague (Cfr. Ap. 2,4), sino en avivarlo, en hacer que crezca cada día” (Carta a los Sacerdotes Año Sacerdotal N° 4-5, Comité Permanente CECH, junio 2009).
Pbro. Rafael Villena. Pellines, 22 enero 2009

viernes, 21 de octubre de 2011

FRUSTRACIÓN Y FRACASO, HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE.

Existe una frase, no sé si decir que muy conocida, quizás para muchos sea tan solo una frase más de las que se suelen escuchar,  algunas veces memorizar y algunas veces menos mencionar como si aplicara en alguna circunstancia necesaria. La frase a la que me estoy refiriendo es esta: “Los molinos de Dios muelen muy lento, y muelen muy, muy fino”
Existe un momento concreto en el que pareciera que la vida se viene a pique, se derrumba, se acaba, es el momento del fracaso, hemos de saber que el fracaso es el no alcanzar algo que se anhelaba u obtener un resultado adverso en algo que se esperaba fuera un éxito.  En definitiva un fracaso es un cambio algunas veces estrepitoso de planes.

En este mundo de hoy tan lleno de fracasos existe una actitud muy frecuente y compañera muchas veces del fracaso, esa actitud es llamada  frustración, la frustración  es ese sentimiento que se produce  cuando lo que se esperaba no se logra, en definitiva es una compañera inseparable del fracaso. El mundo de hoy está lleno de esta pareja: Frustración y Fracaso.

En este mundo a todos desde que nacemos nos preparan para ser exitosos, ganadores, el primero en todo, el mejor,  pero nunca nos preparan con tanta fuerza y empeño en que debemos hacer cuando no logramos eso que esperábamos y aún peor eso que los demás esperaban de nosotros mismos. Y he aquí que aumentan a este matrimonio de frustración y fracaso uno que no les hace mal tercio: el defraudar, es decir, el desvanecer la confianza en alguien o en algo.

Nuestro mundo no está preparando a nadie para el fracaso, la frustración, está siempre preparando para el éxito, y ¿Qué pasa cuando el esto no se logra?, ¿Qué actitud asumen las personas que esperaban tanto de los demás y estos no logran complacerlos?...

Estamos llenos de frustraciones y fracasos, propios y ajenos, cercanos y lejanos, y quizás muchas veces no nos estamos tomando el tiempo necesario y prudente para evaluarlos y darles curso, llevamos muchas veces el peso de nuestros mismos fracasos y el peso de los fracasos de los demás en nuestras propias espaldas… una razón más para que el mundo esté casi al borde un colapso de stress.

Cabe aquí hacer una pregunta más ¿Qué frustración llevas contigo? ¿En qué has fracasado? ¿Qué manejo diste a estas situaciones?

Comencé este escrito mencionando una frase que es muy cierta, “los molinos de Dios muelen muy lento…” es verdad, muchas veces creemos que eso que no logramos obtener es quizás lo único que podíamos tener, y olvidamos que la vida sigue su curso… Muchos no logran darse cuenta de esto y ante el fracaso y la frustración que le sigue al fracaso deciden suspender su existencia… Olvidan que los molinos de Dios muelen muy lento y muy fino, olvida que quizás cuando la vida parece que esta ensañada en castigar y castigar, en no permitir que nada surta el efecto que se desea, en que cada intento es una nueva decepción, es quizás porque lo que  Dios está moliendo más fino nuestra existencia, es decir nos está purificando más que al común de los mortales.

He fracasado muchas veces, he intentado miles de cosas que esperaba dieran fruto, he logrado muy pocas de las que me he trazado, no niego que la sensación de desanimo que queda y que a veces dura mucho es terrible, más  aún, que esta sensación pareciera desaparecer pero vuelve y aparece cuando uno menos lo espera como un fantasma que espanta. Pero con los años estoy todavía y espero morir aprendiendo que no hay que tenerle miedo a esto, por el contrario hay que dejar que venga, nos espante, nos moleste un poco y que esta misma molestia nos haga reaccionar para podernos medir a nuevos sueños, a nuevas esperanzas, a nuevas metas, a nuevas relaciones, a nuevos retos…  Se acaba una relación, un trabajo, un sueño, un lugar, una persona… pero mientras tengamos vida y salud siempre habrá futuro, esperanza, sueños, metas…

Como dice la presentadora de un programa de Tv: “Mas adelante hay casas en materiales mejores y con vista al mar…”

Solo me queda recordar el más grande fracaso y la más grande frustración del mundo: Jesús al morir en la cruz. ¡Gran fracaso! ¡Gran frustración! ¡Gran decepción!  Esto pensaban muchos, incluidos y en primer lugar los que lo siguieron, escucharon, fueron testigos de su obrar, sin embargo no logran ver mucho más allá de su poquedad, no ven que en lo que aparentemente era el más grande fracaso de la historia estaba el más grande milagro de la misma historia humana.

Por eso si hoy estás sintiéndote fracasado, triste, abatido, solo y sin afecto, no te quedes espantado con esto, deja que vengan estos sentimientos, elabóralos, conviértelos en motivación para continuar, solo recuerda que de la cruz y la muerte vino la resurrección… solo confía  en Dios y deja que quizás Dios está moliendo fino en tu vida.

viernes, 22 de julio de 2011

“LA FAMILIA CAMINO DE LA HUMANIDAD..."

LA FAMILIA CAMINO DE LA HUMANIDAD,
DE LA SALVACIÓN Y DE LA SANTIDAD

En el acercamiento a los numerales 47- 52 de la Constitución Pastoral Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II  me ha causado gran admiración esta hermosa frase en la que como consecuencia lógica de una familia bien constituida  se menciona  que  “cuando los padres van por delante con su ejemplo y oración familiar, los hijos, e incluso cuantos conviven en la misma familia, encuentran más fácilmente el camino de la humanidad, de la salvación y de la santidad” [1] a la luz de esta consideración que da el Concilio acerca de la familia y de las demás consideraciones llenas de gran sentido nos acercaremos a este tema siempre actual y siempre nuevo: la familia, tan atacada y en tanto peligro hoy día, así  como lo mencionaba el entonces Arzobispo de Medellín Monseñor Héctor Rueda Hernández “no desconocemos  los problemas y las sombras que soportan las familias y los hogares en las actuales condiciones de este mundo convulsionado. Admiramos los avances tecnológicos y científicos y vivimos aturdidos por el ruido y la agitación.”[2]   Sin embargo no sobran las preocupaciones y los actos que tratan de salvaguardar la integridad de la familia y su inmenso valor para la sociedad como primer núcleo.
Hemos de acercarnos a este gran tema con mucho respeto y como ya lo hemos mencionado iluminados por la frase que hemos tomado como punto central de atención.
LA FAMILIA CAMINO DE HUMANIDAD.
Dice el concilio: “La familia es una escuela del más rico humanismo”[3]
Hemos de anteponer a este presupuesto la hermosa consideración del concilio a la familia como la intima comunidad de la vida y del amor conyugal que se inaugura en el contrato matrimonial, no se puede negar la importancia de la familia pues es en ella donde comienza la misma humanidad y sin ella no se podría comprender tal término, pues fue de un hombre y una mujer que unidos se generó la misma. Es pues de la entrega y aceptación de los cónyuges en donde surge esa institución forjadora de humanidad que llamamos familia, institución estable por ordenación divina tal como nos lo hace ver el concilio. No hemos de olvidar lo que el génesis dice: “Creced y multiplicaos” (Gen 1, 28) en lo que está implícita la participación en la obra creadora de Dios.
La familia como institución se ordena a la procreación, en la que cumple perfectamente la generación de humanidad, pues es con los hijos que los padres se hacen coparticipes de la obra creadora de Dios en el orden de la vida natural, en este sentido se complementa esta tarea con lo anejo a ella misma, no basta con procrear, también es obligación la educación, y no una educación cualquiera debe ser una educación verdaderamente humana.
La familia un verdadero camino de humanidad que  se inicia desde la misma etapa del noviazgo alimentado como lo dice el concilio con un casto cariño, hasta llegar al matrimonio que se alimentará con un indivisible amor, amor que es una cosa eminentemente humana, un amor que el mismo Señor se ha dignado sanar, perfeccionar, y elevar, es un amor humanizante, un amor que junta a la vez lo humano y lo divino.  Un amor humanizante en el que se  ha de fundar la institución familiar es un amor que supera la mera inclinación erótica. Ha de ser un amor que humaniza pues no está destinado exclusivamente a la procreación, pues exige que ese amor de esposos se manifieste, perfeccione, madure, según un orden recto.  
La familia desde la misma fundación, ha de trasmitir este mismo interés y principio a los hijos al instruir a tiempo y oportunamente sobre la dignidad, valor y ejercicio del amor conyugal, formando en la castidad a los hijos habidos de la unión santa.
Como el mismo concilio nos lo indica el amor humaniza cuando se respeta la vida humana, invitándonos a la protección con sumo cuidado de la vida humana desde la misma concepción.  Y si ya lo hemos mencionado antes que la familia como institución se ordena a la procreación hemos de recordar cómo el documento conciliar nos dice “en la regulación de la procreación no le está permitido a los hijos de  la Iglesia seguir unos métodos que el magisterio al explicar la ley divina no aprueba”[4]
La familia es constructora de humanidad según el concilio no solo en cuanto se destina a la procreación si no en cuanto su tarea a demás de la procreación es el amor y el respeto por la vida, la misma que se funda en la familia.
LA FAMILIA CAMINO DE LA SALVACIÓN
En medio de un mundo convulsionado como ya se había mencionado la familia se ha visto hoy más amenazada que nunca. Si sostenemos que la familia es el camino de la salvación, hemos de mencionar que este camino es un camino que en ocasiones tiene más sombras que luces, sombras como el divorcio, el amor libre, el egoísmo, el hedonismo, prácticas ilícitas contra la generación, que el concilio no tienen ningún afán de esconder, como también las perturbaciones por las condiciones económicas, sociales, psicológicas y civiles. No obstante estas sombras tan peligrosas, se pone de manifiesto la autentica índole de la institución matrimonial y familiar como un camino de la salvación. Bien lo mencionaba el papa Pio XI “Los cónyuges cristianos, robustecidas sus débiles voluntades con la gracia interior de Dios, se conduzcan en todos sus pensamientos y en todas sus obras en consonancia con la purísima ley de Cristo, de la cual se deriven, para sí y para sus familias, la felicidad y la paz.”[5]
La salvación por el camino familiar ha de entenderse en sentido estricto: la salvación es obra de Dios, por su infinita misericordia, y no hay mejor manera de conocer a Dios que en familia. Es en familia donde se conoce ese Dios que Jesús anunció, de Es en la familia en la que se conoce al Dios del amor. Allí se adquiere el compromiso de ser testigos para el mundo, la vida familiar entonces se convierte en un verdadero apostolado de modo que  “El compromiso apostólico de los fieles en la familia es ante todo el de convencer a la misma familia de su identidad de primer núcleo  social de base y de su original papel en la sociedad, para que se convierta cada vez más en protagonista activo y responsable de su propio crecimiento y de la participación en la vida social. De este modo, la familia podrá y deberá exigir a todos, comenzando por las autoridades públicas, el respeto a los derechos que, salvando a la familia, salvan a la misma sociedad”[6] 
Se ha mencionado la salvación y esta se alcanza en un verdadero y perpetuo ejercicio del amor que se traduce en el ámbito familiar que se dejan guiar por la no procedencia del libre arbitrio, si no en la actuación iluminada por la palabra de Dios, ser gobernados por la conciencia y no por los instintos, amoldados a la ley divina, y guiadas por el magisterio, como bien lo dice el concilio.
El camino de la salvación pasa por el amor conyugal y por el amor de los padres a los hijos. El concilio menciona que de no existir prole no por eso el matrimonio deja de existir como institución y como comunión de vida, de modo que los conyugues sin hijos o con ellos están llamados a la salvación y por tanto deben estar en función de esta y lo hacen en comunión, es decir, uno debe preocuparse por la salvación del otro.
Pensemos en la unión del matrimonio como un reflejo del amor de Cristo por la Iglesia y se comprenderá perfectamente como el sagrado sacramento del matrimonio es el camino de la salvación.
FAMILIA CAMINO DE LA SANTIDAD
La santidad podría definirse como la recta coherencia de vida frente al llamado  amoroso de Dios.
La familia es el camino de esta coherencia, “el anuncio fundamental de Jesús, el Reino de Dios, fue precisamente hacer conscientes, de esa realidad de Dios vivo subsistente en el hombre, a todos los que encontró en su trayectoria terrena, para que lo acogieran en serio y realizaran sus vidas en coherencia con esa misma realidad de Dios”[7] los padres en la educación de sus hijos cumplen la tarea de sembrar la semilla de la santidad  en sus corazones. Los hijos de igual manera contribuyen a la santificación de los padres nos lo recuerda el concilio (C. V. II GS #48) y corresponde a ellos –Los padres- ser los principales educadores en el campo religioso.
Los mismos padres deben recordar y tener presente lo que el Papa pio XI exhortaba a los esposos “Mas como la instrucción religiosa, por buena que sea, no basta sola para conformar de nuevo el matrimonio con la ley de Dios, a la instrucción de la inteligencia es necesario añadir, por parte de los cónyuges, una voluntad firme y decidida de guardar las leyes santas que Dios y la naturaleza han establecido sobre el matrimonio”[8]
La santidad no se logra por los simples meritos humanos, y menos en la familia en la que no es fácil andar los pasos que conducen a la santidad, pues no se trata de la santidad individual, se trata de la santidad de la pareja y puede decirse también de los hijos, se hace necesaria pues la voluntad firme y decidida de ser santos.
Esta santidad se construye en la vivencia cotidiana de la familia, en la construcción de humanos verdaderamente humanos, en la construcción de la salvación que se espera alcanzar.
Santidad no es sinónimo de santurronería atrevámonos a decirlo. Es una coherencia de vida en la que con los valores del evangelio se hace valer con el testimonio de vida, tanto particular de cada uno de los miembros de la familia como de la familia en total, sobra recordar que la familia es el núcleo de la sociedad, si esta es santa la sociedad será santa.
APRECIACIÓN PERSONAL.
Considero que no es posible leer estos numerales sin quedar con una profunda sensación de la sobrenatural importancia de la institución familiar, y sin la particular preocupación por el rescate de la importancia de esta institución para la sociedad en total. La sociedad ataca a la familia de muchas maneras desconociendo que se ataca a sí misma y que ha de hacerse un profundo daño. No sabemos si acudimos al escenario de una muerte lenta o si estamos en el surgir de una semilla de trigo en medio de muchas grandes plantas de cizaña, pues he de creer en lo personal que estamos con la mirada fija del trigo mientras vamos limpiando la cizaña y no acudimos a la muerte lenta de la institución matrimonial. Hemos de hacer esfuerzos por saber orientar seriamente a quienes se atreven a navegar ese hermoso mar misterioso que surge de la unión de las almas, en el amor que se bendice por la unión matrimonial que es el camino de la humanidad, de la salvación y de la santidad.


[1] Concilio Vaticano II Constitución Pastoral Gaudium et Spes # 48
[2] Rueda Hernandez,  Hector.  Arzobispo de Medellín. En: Cuestiones teológicas y Filosóficas. Año 20 numero 55 1994
[3] Concilio Vaticano II Constitución Pastoral Gaudium et Spes # 51
[4] Concilio Vaticano II Constitución Pastoral Gaudium et Spes # 51
[5] Casti Connubii.  # 278  Pio XI  31 Dic 1930
[6] Juan Pablo II “Christi Fideles Laici” # 40
[7] Baena, Gustavo. Sj. En: Revista Javeriana. Dios y las religiones. Número 726 tomo142 julio de 2006
[8] Casti Connubii.  # 345 Pio XI  31 Dic 1930

sábado, 7 de mayo de 2011

DE IDA Y VUELTA...

† Lectura del Santo Evangelio según san Lucas
 (24, 13-35)
El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. El les preguntó: “¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?”
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: “¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?”
El les preguntó: “¿Qué cosa?”
Ellos le respondieron: “Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo.Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron.
Nosotros esperábamos que él sería el libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron”.
Entonces Jesús les dijo:
“¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?” Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: “Quédate con nosotros, por que ya es tarde y pronto va a oscurecer”. Y entró para quedarse con ellos.
Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: “¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!”.
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron:
“De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón”. Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:

El presente pasaje Evangelico es el agente motivo de este blog y es también el trasfondo de todo lo que trato de plasmar aquí. El pasaje es evidentemente una construcción teológica y literaria de una belleza sin par, es toda una catequesis que va llevando a quien se encuentra de frente con su contenido a pensar muchas posibles situacíones de su vida concreta en una única situación la de los dos discípulos de Emaús...

En este pasaje creo, nos logramos identificar todos los cristianos asiduos o no, nos vemos reflejados como en un espejo y en especial en estos tiempos que corren en el mundo actual, nos sobra muchas veces quejumbres y nos falta la alegría tal como les iba pasando de camino a  estos dos.

Existen cantidad de posibles interpretaciones del mismo texto y eso  no es otra cosa que la maravilla de la Palabra de Dios que es infinita fuente de contenidos para la vida...

Yo he elegido para mi pensamiento del día de hoy con este pasaje el título de esta entrada "De ida y Vuelta" con esto quiero detenerme en el detalle singular del camino, los dos discípulos van hacia un pueblo llamado Emaús a unos pocos kilometros de Jerusalén donde habia ocurrido todo, iban ellos dice el pasaje comentando todo lo que había sucedido, con desconsuelo, con duda, con tristeza quizas...  y en medio del camino del desencanto y la tristeza se les suma un extraño a sus ojos que dialoga con ellos... ¿no nos pasa a nosotros lo mismo? ¿cuántas veces habrá Jesús caminado a nuestro lado sin que nos demos la más mínima cuenta? pues bien  el relato termina con que llegaron a destino: Emaús... Lugar dónde la cortina de la poca fe se cae para que entre la luz de Dios e ilumine la vida... Lo interesante de todo esto es que una vez parte el pan para ellos después de ser convidado a quedarse, descubren que es el Señor e inmediatemente después se dan vuelta a Jerusalén, no importo el largo camino recorrido antes con el antes desconocido... nos pasaría exactamente igual a nosostros, deberíamos saber reconocer a Jesús en nuestros caminos de angustia y dolor y una vez reconfortados con su pan y su palabra iniciar el camino de retorno al lugar en donde de verdad todo iba bien... al lugar donde Jesús era Jesús.

La vida Cristiana, la Vida de la fe es de Ida y Vuelta... cuando vamos mal... hay que buscar el camino de retorno a dónde todo iba bien... sin olvidarnos de algo muy importante descubrir el rostro enigmatico del resucitado en el hermano que camina con nosotros, y también alimentados con su palabra y su eucaristía...

Siempre habrá que tener de hacer el camino de ida y vuelta...

sábado, 30 de abril de 2011

Bienaventurado Juan Pablo II


El término Beato significa literalmente feliz (del latín beatus), o bienaventurado en sentido más amplio, aludiendo a la creencia de que esa persona está ya gozando del paraíso. La consideración de beato constituye el tercer paso en el camino de la Canonización. El primero es Siervo de Dios, el segundoVenerable, el tercero beato y el cuarto Santo.

BIENAVENTURADO

Cómo no llamarte Bienaventurado a tí Juan Pablo, si Dios te tuvo en su ternura mucho antes de nacer...
Cómo no llamarte bienaventurado si como se esmera el mejor escultor en hacer su obra, Dios te fue tallando hasta hacer en tí una de sus mejores obras, un reflejo de su misericordia para el mundo.

Cómo no decirte a ti hoy, beato, beato tu Juan Pablo, beato tú que quedaste huérfano y solo, siendo tu único padre y madre el Dios infinito que te llevó siemrpe de su mano bondadosa.
Beato tú Juan Pablo que conociste el trabajo y el dolor de primera mano, y que llevaste en esas manos de trabajador incansable la cruz de Cristo sembrandola en el mundo entero.
Beato Juan Pablo tú que supiste estar de rodillas delante de Dios y de pie delante de los hombres mostrando cual guía cierto el camino que nos conduce al verdadero Dios.
Beato tú Juan Pablo que en medio de las tormentas de este mundo supiste por largos años llevar la nave que llamamos Iglesia al puerto seguro que es Cristo.
Beato Tú Juan Pablo que con tu dolor supiste ser fiel a tu encargo de Pastor hasta tus últimos momentos.
Beato tú Juan Pablo que siempre fuiste un enamorado de Dios y un fiel esposo de esta Iglesia santa en su esencia y pecadora en sus miembros.
Beato, beato, bienaventurado, te llamamos hoy que estas a la puerta de la santidad, no de la que siempre llevaste en tu vida, sino de  la que como Iglesia reconocemos en ti.
Beato Juan Pablo que sin temor nos  mostraste a los cristianos que no debemos temer.
Beato... por que ahora gozas de la dicha de estar en el cielo con el que nos enseñaste a estar y amar aquí en la tierra.
Beato Juan Pablo asístenos con la misericordia de Dios de la cual fuiste el más luminoso rayito de luz en la tierra y no permitas que el enemigo con el cual tú también luchaste nos gane en esta lucha.
Desde la ventanita privilegiada que Dios te asignó en el cielo bendícenos hoy que nos encomendamos a tu protección.

viernes, 15 de abril de 2011

CONCLUIMOS LA MEDITACIÓN CUARESMAL.

Nota:

Con esta corta Oración concluimos estas catorce estaciones, estaciones que quieren hacer de compañía a un Jesús que sufre múltiples dolores, un Jesús que vivió una constante pasión. He propuesto estas catorce estaciones que encontrarán en este blog dando marcha atrás en las fechas de publicación, y  con esto concluyo el ejercicio cuaresmal de este año 2011 con el único fin de prepararnos mejor a la celebración de la Pascua. Que Jesús que sufre y nos enseña el valor del sufrimiento por amor nos haga dignos de ser sus discípulos. Dios quiera que estas reflexiones anteriores les hayan servido para su vida de fe e identificación con el Señor. Están autorizad@s de copiarlas si les son útiles.

ORACIÓN

Te suplico, Señor, que nos concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que cada vez que meditemos tus sufrimientos, queden grabados en nosotros con marca de actualidad constante, lo que Tú has hecho por nosotros y tus constantes beneficios.

Haz, Señor, que nos acompañe, durante toda nuestra vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad.

Amén

jueves, 14 de abril de 2011

# 14 “VIÑADORES ASESINOS ”

Del Evangelio según San Lucas (20, 9 – 15. 19)

“Se puso a decir al pueblo esta parábola: un hombre plantó una viña, la arrendó a unos ladrones y se ausentó por mucho tiempo.
a su debido tiempo envió un siervo a los ladrones para que le diesen una parte del fruto de la viña. Pero los ladrones le apalearon y le despacharon con las manos vacías. Volvió a enviar a otro siervo, pero también a él le apalearon, le insultaron y le despacharon con las manos vacías. Tornó a enviar a un tercero pero también a este lo malhirieron y lo echaron. Dijo, pues, el dueño de la viña: ¿Qué haré? Voy a enviar a mi hijo querido; tal vez le respeten. Pero los ladrones , al verle, dijeron entre sí: ‘este es el heredero; matémosle, para que la herencia sea nuestra. Lo echaron fuera de la viña y le mataron.
Los escribas y los sumos sacerdotes comprendieron que aquella parábola había sido dicha para ellos y trataron de echarle mano en aquel mismo momento, pero tuvieron miedo del pueblo.

Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Meditación:

¿Acaso no somos nosotros mismos como estos viñadores?

Este mundo inmenso y maravilloso es de Dios y su hijo Jesucristo es quien ha venido de su parte a poner mano a su obra magnifica, dentro del mundo contamos nosotros mismos como lo mas valioso para Dios. Pero nuestra maldad hizo que cristo muriera. Y ahora de esa muerte todos llevamos parte de la culpa. Jesús que viene de Dios muere para darnos la vida, y la vida nos la da para siempre. He ahí el misterio de l redención, el que cristo muera por todos, especialmente por los que somos malos con el fin de que tengamos una conversión.

Oración:

Señor concédenos la dicha de ser alcanzados por tu misericordia, para que superada nuestra maldad tu bondad borre nuestras culpas y así podamos un día gozar de tu presencia en el cielo. Amén.

Padrenuestro.
Avemaría
Gloria.

miércoles, 13 de abril de 2011

# 13 “DISCUCIÓN CON LOS FARISEOS”

Del Evangelio según  San Lucas  (11, 37- 40. 45 – 46. 53- 54)

“Cuando termino de hablar, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entró, pues, y se puso a la mesa. Y el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido la limpieza de sus manos antes de comer. Pero el Señor le dijo: _¡bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡insensatos! el  que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior?._
Uno de los legistas le respondió: ¡Maestro, diciendo estas cosas también nos injurias a nosotros! pero el dijo: ¡hay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!.
Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y a hacerle hablar de muchas cosas, buscando con insidias, cazar alguna palabra de su boca.”

Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.


Meditación:

La verdad es incomoda cuando dejar al descubierto la maldad. Mentir es algo que se ha vuelto tan común que en ocasiones tardamos en descubrir la mentira en medio de lo que se nos hace creer como verdad. Estamos en una sociedad construida sobre unos cimientos que  raramente son ciertos. Nuestra vida en ocasiones esta cimentada sobre un cúmulo de mentiras que tratamos de creernos nosotros mismos. Somos amigos de las apariencias y solo Jesús conoce nuestra verdad. ¿somos transparentes ante Dios? Es más, ¿somos transparente ante nosotros mismos, y  con los demás?

Oración:

Amado Jesús, ayúdanos a no dejar que las cosas externas nos hagan esclavos, que lo que nos nutra sea una verdadero vivir del espíritu y que este vivir del espíritu nos lleve a trasformar la sociedad de mentira que hemos construido por una sociedad de la verdad en la que prime el amor como única ley. Amén.

Padrenuestro.
Avemaría
Gloria.

lunes, 11 de abril de 2011

# 12 “QUIEREN DESPEÑAR Y MATARLO A JESÚS”

Del Evangelio según San Lucas
(4, 16. 20- 22ª. 28- 30)

“Vino a Nazareth, donde se había criado, entró, según su costumbre, en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías, desenrolló el volumen y halló el pasaje donde estaba escrito:

El Espíritu del Señor esta sobre mi, por que me ha ungido
Para anunciar a los pobres la buena nueva,
Me ha enviado a proclamar la liberación de los cautivos y la vista a los ciegos,
Para dar la liberta a los oprimidos y proclamar el año de gracia del señor.

En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: -esta escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy-

Al oír estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle; pero él, se marcho abriéndose paso entre la gente

Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Meditación:

Una vez mas se habla de matar a Jesús, y esta vez no son propiamente las autoridades del pueblo las que lo quieren hacer. Directamente, son las mismas personas del pueblo las que buscan la manera de acabar con él, y quieren despeñarle, entonces Jesús se abre paso entre ellos y se va. Así como Jesús muchas son las ocasiones en las que también nosotros hemos estado al borde de los precipicios, y ha habido también quien simplemente quiera empujarnos para que caigamos en ellos. Muchos son los precipicios y muchos quienes quieren que nosotros caigamos. Debemos siempre seguir el ejemplo de Jesús, que abriéndose paso se marcha. También nosotros abrámonos paso y marchemos.... marchemos siempre hacia el bien.

Oración:

Señor, que podamos entender que nuestra vida peligra si esta lejos de ti. Que nuestra fuerza para abrirnos paso en medio de quienes quieren hacernos rodar por el precipicio del mal, sea tu amor. Amén.

Padrenuestro.
Avemaría
Gloria.

domingo, 10 de abril de 2011

# 11 “NEGACIÓN DE UN AMIGO”

Del Evangelio según San Marcos ( 14, 27 - 30)

“Jesús les dice: -todos os vais a escandalizar, ya que está escrito: heriré al pastor y se dispersarán las ovejas. Pero después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea.- Pedro le dijo: -aunque todos se escandalicen, yo no-. Jesús le dice: - yo te aseguro: hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, tu me habrás negado tres veces-.”



Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.


Meditación:

La traición es dolorosa. ¿Cual de nosotros no se ha sentido traicionado? La misma sensación de impotencia sintió Jesús cuando uno de los más cercanos a su sentir lo traiciona. En Pedro estamos reflejados todos nosotros, pues no ha tenido que cantar el gallo para que nosotros le hayamos dado la espalda al señor, y no ha sido una sola vez. Hemos fallado muchas veces, pero la confianza de Jesús en nosotros es mayor que nuestra debilidad. Jesús es nuestro amigo ¿ hasta cuando le fallaremos?

Oración:

Jesús amigo que nunca falla, así nosotros no sepamos ser fieles a tu amor, confiamos en lo inmenso de tu amor por nosotros, y por eso te suplicamos que perdones las veces en que hemos sido inferiores a este sentimiento que nos tienes. Te pedimos nos socorras en nuestra flaqueza para que podamos llevar una vida en la que no te traicionemos. Amén.

Padrenuestro.
Avemaría
Gloria.

martes, 5 de abril de 2011

# 10 “JESUS EXPULSA A LOS VENDEDORES DEL TEMPLO"

Del Evangelio según San Marcos (Mt 11, 15 – 19 )

“Llegan a Jerusalén; y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y que compraban en el templo; volcó las mesas de los cambistas, y los puestos de los vendedores de palomas, y no permitía que nadie trasportase cosas por el templo. Y les enseñaba, diciéndoles: ¿no está escrito: mi casa será llamada casa de oración para todas las gentes? ¡pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos! Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban como podrían matarlo; por que le tenían miedo, pues toda la gente esta asombrada de su doctrina. Y al atardecer, salía fuera de la ciudad.”
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Meditación:

Las cosas de Dios son santas. No hemos aprendido a tratarlas como se merecen. Hemos de empezar por nosotros mismos, ¿acaso no somos imagen y semejanza de Dios?

Jesús pide en este pasaje el respeto que se merecía el templo, que es un lugar de culto. Nosotros mismos somos templo del espíritu y en ocasiones ni nos respetamos, ni nos hacemos respetar. Nuestro cuerpo es maltratado en diversas ocasiones y de diversas maneras. Jesús se encoleriza por un irrespeto a un lugar de culto, hay de nosotros si Jesús volviese a ver ahora nuestros templos, no solo los materiales, sino los espirituales que somos cada uno de nosotros. ¿cómo tenemos nuestro propio templo?

Oración:

Señor, calma tu santa ira, y vuelve a nosotros tus ojos de misericordia y bondad, ayúdanos a encontrar la manera digna de mantener nuestro templo para que tu espíritu pueda habitar en nuestro interior y nos e vea irrespetado.
Concédenos la gracia de saber entender que las cosas santas se tratan con santidad. Amén.

Padrenuestro.
Avemaría
Gloria.

lunes, 4 de abril de 2011

# 9 “JESUS NO PODÍA DESCANSAR”

                                                             Del Evangelio según San Marcos ( 7, 24 - 26)

“Y partieron de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido, sino que, enseguida, habiendo oído hablar de él una mujer, cuya hija estaba poseída por un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies. Esta mujer era Griega, siro fenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio.”
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.
Meditación:

Las labores son absorbentes y nos hace falta para estar solos y descansar. Jesús mismo siente el cansancio de la labor, y quiso pasar inadvertido, pero el deber es grande y la carga se hace pesada. En ocasiones quisiéramos dejar tirada nuestra labor y no seguir haciendo lo de siempre, hemos llegado a sentir aparentemente lo inútil de nuestra labor. Sentimos la necesidad de estar solos y evitar que el mundo sepa que existimos. Debemos entonces mirar a Jesús quien muy a pesar de su cansancio sigue haciendo lo que su padre le encargó, no desmaya en su tarea.

Oración:

Amado Jesús, Soporta nuestra debilidad y ayúdanos a encontrar las fuerzas cuando estas parecen estar huyendo de nosotros. Que seamos fuertes en la tarea de la que somos responsables, que sepamos seguir haciendo el bien y que nunca nos cansemos de amarte. Amén.

Padrenuestro.
Avemaría
Gloria.