
Que hermoso templo y catedral aquella pobre pesebrera en la que honrosamente el mismo Dios ha sido dado.
Que hermoso sacrificio se empieza a ofrendar nacer Dios hecho hombre.
Que hermoso sacerdote: un pequeño niño.
Que hermoso ornamento: su suave piel desnuda.
Que hermoso altar: una humilde cuna de paja.
Que hermosa ofrenda: su misma humanidad divinizada y su divinidad humanizada.
Que hermoso misterio...
Permite que nos gocemos de poder seguirte... haz que caminemos tras la humilde humanidad que nos enseñaste con tu vida y que seamos dignos de servirte en cualquier campo en el que estemos, divino y santo sacerdote. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes comentar algo... Tu opinion.