viernes, 25 de febrero de 2011

La otra realidad…

Las monedas siempre tienen dos caras  y ninguna es más valioso o menos valiosa que la otra, antes bien se necesitan mutuamente o mejor son ambas una sola cosa.

Quizás los seres humanos seamos como las monedas… tenemos dos lados.

Es posible que siempre hayamos mostrado uno de  nuestros lados y que el otro permanezca en la penumbra, allá bien en el fondo, donde nadie llegue a conocerlo, o quizás donde muy pocos han llegado a conocer.

Somos tan blancos, tan trasparentes como tan grises y oscuros, tenemos bueno y tenemos malo en una constante lucha dentro de nosotros mismos.

En muchas ocasiones quiere salir de dentro ese demonio que tenemos metido, y otras veces parecen  ángeles quienes nos guían en nuestras acciones y deseos…

¿Qué somos? Acaso será posible definirnos como buenos o  malos…

Recordemos que eso de buenos y malos es algo que sufrimos cuando nos es impuesto por los demás, pero es algo que hacemos sufrir a los demás al juzgarlos de la misma manera que lo hacen ellos con nosotros, nos juzgan y juzgamos a los demás en términos de bondad y maldad y muchas veces no sabemos ni cuales son hoy día los términos de bondad y de maldad, esos criterios actualmente no están tan claros. 
como ejemplo: Un chico al que su amigo le brinda droga. Para el su amigo es bueno, mientras que es posible que para la madre del primer chico este amigo de su hijo sea el mismo demonio… Nunca pensó esa madre si ese amigo de su hijo en el fondo es bueno y solo quizás esté equivocado.

No podemos juzgar por las apariencias, ni por reacciones temporales y esporádicas a nadie, no somos hoy lo que seremos mañana, ni mañana lo que seremos en el futuro.

Lo mejor y más hermoso del ser humano es su capacidad de cambio, de progreso. Por eso no podemos juzgar al caído como inválido, ni al que camina como si nunca pudiera caer… somos caminantes… y arrastrados, o erguidos se puede caminar… el mal pesa, el bien alivia… siempre habrá que estar vigilantes de observar en todos la otra realidad, no nos podemos quedar siempre con el lado gris en todos los que nos rodean,  pues quien solo ve esto en los demás quizás su autoapreciación sea negra, y su misma maldad no lo deje ver la bondad de los demás.

Recuerdo esa frase hermosa de San Pablo en una de sus cartas “Hago el mal que no quiero y dejo de hacer el bien que sí quiero” y también el mismo Pablo muchas veces en sus cartas va a hablar de “Este aguijón que llevo en mi carne”, quizás refiriéndose a esa tendencia que nos inclina a hacer el mal que muchas veces no deseamos hacer.

Somos confusamente blancos y claramente grises… en nosotros cohabita la bondad y la maldad en una puja constante en la que uno siempre vence y menos mal no termina nunca esa lucha hasta nuestra muerte, moriremos en constante lucha del bien y del mal… de nuestra parte queda que uno venza.

Hay que vencer el mal con la fuerza del bien…

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