jueves, 11 de noviembre de 2010

LA IGLESIA SOY YO

En estos últimos días presenciamos en los tele informativos y en los medios de prensa cómo se cubrió la noticia de la visita del Santo Padre Benedicto XVI a lo que hemos llamado la Madre Patria, pues es de su seno cultural, en parte sanguíneo, y muy en gran parte religioso que nació nuestra identidad, la misma que con el pasar del tiempo se ha ido diferenciando y fortaleciendo de manera diversa.

El cubrimiento de esta vista a España, igual que el cubrimiento de otras visitas a otros lugares del planeta del mensajero de Cristo, labor que es la que va a cumplir el Santo Padre con estas visitas se ha visto casi sin excepción empañado por brotes de protestas y reclamos de grupos por demás pequeños quizás que manifiestan en contra de la postura de la Iglesia misma más que del Papa mismo, lo hacen con sus visitas pues el Papa es la cabeza visible de la Iglesia, y la verdad es que la Iglesia es más que el Papa… El Santo Padre simplemente es un elegido para guiar el rebaño de Dios en esta tierra, es decir, somos todos los que nos gloriamos de haber sido bautizados en el nombre de la gloriosa y Santa Trinidad.

El Santo padre o Papa como lo llamamos los cristianos católicos es en la Iglesia la voz guía y la voz que indica para todos el camino correcto en este valle de lágrimas que cada vez nos hace llorar más y más. Cabe preguntarnos ¿Qué pasaría si en este mundo en el que nos movemos no hubiese una voz que esté cumpliendo esa hermosa labor profética de anunciarnos: Hay una salvación en medio de tanta incertidumbre que se llama Cristo Jesús, el que es el camino, la verdad, y la vida? ¿Y qué pasaría si esa misma voz profética no denunciara en este mundo lo mismo que ya el mundo sabe está mal pero que es tan recurrente que pareciera que estuviera bien?

El mundo de hoy los seres humanos estamos tan acostumbrados a ver lo malo como bueno que cuando alguien hace el bien es tildado de loco, de retrogrado, de anticuado y todos las demás mofas posibles que se puedan pensar.

El Papa cumple con su labor de anunciar y denunciar y su voz no puede ser callada, su voz debe ser escuchada en medio de muchas otras tantas voces que el mundo ofrece y que hacen perder a las personas invitándolas a andar ciegos rumbo al despeñadero del que no hay retorno. Dichosos aquellos que escuchan la voz del pastor que no es otra que la voz de Cristo.

Muchos, incluso los mismo que se llaman cristianos católicos, saben la profundidad de la doctrina cristiana católica pero no la comparten o quizás no quieren hacer caso de la misma, pensemos por citar tan solo un punto de los métodos de anticoncepción… y sin embargo se hacen llamar católicos… esos son como aquel del evangelio que movido por su padre a trabajar dice que sí va y no lo hace, quizás muchos que no son tan católicos hacen como el otro hermano de este mismo pasaje evangélico y sin decirle a su padre que van a trabajar lo hacen…

Quiero tan solo que pensemos en que si somos católicos debemos serlo de verdad, la Iglesia no es un equipo de futbol con el cual nos alegramos por que hace goles y esta punteando en la tabla de posiciones del torneo… La Iglesia es más que un simple equipo de futbol al que hay que ir a apoyar para que quede campeón, o al menos para que llegue a semifinales.

Cuando criticamos a la Iglesia, al Santo Padre, estamos hablando mal de nosotros mismos sin pensarlo pues la Iglesia no es solo el Santo Padre cuya tarea primordial es esa misma que se le critica tanto: anunciar y denunciar. La Iglesia es mucho más que unos sacerdotes que se olvidaron de su misión de ser consuelo, servicio y amor encarnado en el mundo, tal como lo fue el mismo Cristo. La Iglesia es mucho más que un puñado de señoras que solo saben rezar en voz alta e ir a la eucaristía cuantas veces se celebre una en el día. La Iglesia es mucho más… No en vano San Ambrosio decía: “No en sí, … sino en nosotros es herida la Iglesia, por lo tanto, tengamos cuidado para que nuestras caídas no hieran a la Iglesia.” La Iglesia somos todos… así es que si piensas hablar mal de ella piensa dos veces si te gusta que hablen mal de ti pues tú también eres Iglesia.

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