lunes, 21 de junio de 2010

Joven: manos a la obra...

Hoy estuve de visita con dos polos de vida , digo dos polos por que estuve con unos jóvenes visitando a los ancianos de un centro geriatrico.

La verdad no sabiamos que se podía esperar de ir con unos chicos a visitar a los ancianitos, muchos de ellos con grandes dificultades de salud, y la verdad es que una vez llegamos no fue mucho lo que se tenía que hacer, simplemente las relaciones fueron saliendo sin mucho esfuerzo, sin más se fueron entablando relaciones entre palabras de sabiduría y esa graciosa y encantadora voz de la juventud.

Compartimos en el fondo con la excusa de haber celebrado el sábado pasado el día del abuelo, y nos queda la grata recompensa de salir del lugar arrancando de muchos rostros curtidos y quebrados por los años algunas sonrisas y por que no algunas lágrimas que se dejaban ver al cantar una vieja canción puesta en los labios de unos jóvenes que apenas se abren a la aventura de vivir.

Visitar a los ancianos no es cosa que se haga todos los días pero es una experiencia que cuando se hace siendo jóven como muchos de los que fueron hoy  ver a los ancianos, se recuerda por años...

La excusa de poder ir a este lugar como ya lo dije fue que el sábado pasado 19 de junio se celebró el día del abuelo/a, y es una linda oportunidad para sacar del vacío a aquellos que alguna vez fueron jóvenes y que mal o bien dejaron su semilla plantado y algunas veces cosechada por nostros, los que nos llamamos ahora sus nietos. En ellos la luz de la vida aún brilla, y brilla con mucha fuerza cuando se trae a su memoria la juventud que se escapó de sus manos y que guardan en el baúl más hondo de su vida, el corazón.

Hoy he visto cómo mientras se cantaba a algunos y algunas de los y las abuelas de aquel centro trataron de llorar y no fue un llanto de desconsuelo fue un llanto de sabiduria, fue un llanto de aceptación, fue un llanto también de alegría por que ellos saben que en los jóvenes que los visitaron está el sueño de un país libre y los sueños de una vida mejor y distinta... sí, si algo nos une a ellos y a nosotros es que queremos siempre que algo cambie, ellos lo esperaron y bien o mal algo se hizo, ahora somos los que estamos los que debemos ser artifices de este cambio.

Que Dios bendiga a los ancianos y que su sabiduría se nos trasmita para que actuemos en coherencia con lo que trataron de dejarnos... su experiencia, su vida, su amor. Es hora de actuar: Joven a ti te hablo, manos a la obra, tal vez mañana seas tu al que tengan que visitar en un hogar geriatrico y entonces tendrás muchas cosas que contar...

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