miércoles, 2 de diciembre de 2009

Cuando se acerca el final.


Damos inicio a los últimos días del año en curso, y la verdad como siempre al final de todo se acerca o mejor es la oportunidad precisa para sentarse con calma a pensar en el tiempo que ha trascurrido en el año, se dejan atrás once meses, y el mes que iniciamos parece quizas el más corto de todos, pues al menos en nuestra cultura Colombiana y especialmente la Antioqueña es mes de parranda y diversión, un mes que muchos cerdos si supieran su triste y cruel destino desearían no llegara.
En este mes de diciembre habrá que sacar el espacio para la reflexión sobre lo vivido en los otros meses y será posible ir pensando y clasificando los eventos por categorías, o al menos eso pretendo hacer yo, ir tratando de pensar en lo que he vivido hasta ahora en este año y lo iré clasificando por categorías y sugiero algunas, no siendo estas ni las unicas ni las últimas, así pues, clasificaré eso excelente que me ha ocurrido, las alegrías, las sorpresas, las personas, los hechos, que queden en esta categoría no deberán ser pocos, si lo pensamos bien, creo que son más las cosas excelentes que aquellos que vamos a clasificar en otra categoría. Eso que he llamado excelente habrá que tenerlo muy presente en este momento del año donde la nostalgia es un vecino que llega a la puerta y toca para entrar, es en este momento, cuando la nostalgia llegue que habrá que sentarla cómoda en el mejor sillón de casa y empezar a hablarle de aquello excelente que nos ocurrió durante el año, de manera que se sienta incomoda y se largue lejos.

Otra categoría para clasificar es esa en la que también hay que ubicar algunos hechos, personas, situaciones, es la categoría de lo negativo, lo malo, lo feo, lo sucio, es la categoría que viene también en el paquete que se llama vida, aún si algunos no sabemos que función cumple en medio de lo demás, a esa parte que he categorizado como mala le tenemos miedo, aún desconociendo que quizas eso malo que nos ocurrió es lo que nos ha hecho fuertes, valientes, decididos a continuar, y arriesgados frente a lo nuevo y que causa supenso.

Todos hemos tenido durante este año sucesos incomodos y que traen a nuestros recuerdos imágenes que nunca quisieramos volver a recordar y palabras que deseamos mueran el último rincón del olvido. Algunas de estas palabras e imágenes las asociamos de inmediato  con personas, a esas mismas que habrá que reprochar su acción pero que más allá de su acción tendrémos que valorar como personas, su ser, lo que son  para nosotros.
En lo que he categorizado como malo  tendremos que pensar también en el mal que hemos causado a otros, las palabras mal usadas, las malas intenciones en nuestro obrar, la negligencia en muchas de las cosas a nuestro cargo, entre otra gran variedad de posibles males que hemos causado, nos tendremos que al menos arrepentir en nuestro interior y de ser posible buscar la manera de pedir la reconciliación con aquellos que hemos ofendido.

He hablado de lo excelente y lo malo o feo, pero hay algunos hechos que por sí mismos son para calificarlos y categorizarlos muy complejos, son buenos y son malos, son como espacios grises que depende del punto en que los miremos, no sabemos en cierto modo donde ubicarlos, esos si que son dificiles de asumir y evaluar, así, me refiero a eso de tener seguridades a las que hay que renunciar por que la misma vida para darte algo más te quita algunas de las que tienes y, en algunas ocasiones todas ellas. Tener una alegría y saber que para darte otra tan solo tienes que soltar la que tienes, a eso me refiero, a que algunas veces no es la vida solo en blanco o en negro, hay grandes momentos de esta que la tonalidad gris lo invade todo.

Bueno será entonces poner tres categorías lo blanco, eso bueno, excelente, y especial que hemos recibido, lo negro, lo malo, lo incomodo, lo feo, y lo gris como aquello que no es ni blanco ni negro y que simplemente se ha presentado en la vida y que nos cuesta entender, interpretar, asumir, acoger.

Habrá que aprender a asumir los tres lo blanco, lo negro y lo gris, sabiendo que la vida en muchas de las ocasiones se torna gris, lo que es alegría para ti puede ser tristeza para otros, y viceversa.

 Cuando se acerca el final me digo a mi mismo: ¡El tono gris no es del todo feo!.

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