miércoles, 20 de enero de 2010

Y de sufrimientos ni hablar... Cristo es Haitiano.


Bástenos encender la televisión para ver un noticiero, y lo que principalmente se ve son noticias desastrosas, que por demás ya no causan tanto asombro, ya sea por que ocurren  lejos de nosotros o por que nos nos incumben, o quizas ni nos mueven el corazón realmente. Nos hemos ido acostumbrando a que cada cosa que vemos nos parezca cada vez más normal, sea de la índole que sea.

Por estos días la atención mundial está centrada en presentar a través  los mensajes radiales y televisivos que hay un país con el que no solo la pobreza se ensañó, y  que también la naturaleza quizo tal vez  mostrarse diríamos con furia, el ¿porqué? no lo se yo ni creo nadie lo sepa.

Lo que si demuestra la situación catastrófica de este país que se llama Haití es que en el mundo hay muchísimo sufrimiento y que este cuando toca las puertas de nuestra existencia es cuando venimos a reconocerlo como un mal real, del que nadie está excento.

Cuando vimos las noticias de lo ocurrido en Haití lo que muchos de nosotros hemos pensado de inmediato es "Que Dios nos libre de una cosa así" y con esto ya creemos que estamos haciendo una especie de capa que nos proteja de algo tan terrible y tan desastrozo. ¿Y de los que están sufriendo a nuestro lado que?.

El mundo sigue sufriendo cada vez más, y el problema es que el sufrimiento da cabida a una situación menos grata que se llama la desesperanza, o mejor dicho el no esperar nada, de nadie, ni de nada, esa es una situación mucho más frustrante que la misma desgracia, y es ahí donde habría que trabajar mucho con los que sobreviven, y en este sentido no solo los que sobrevivieron en Haití, sino los que sobrevivieron a cualquier calamidad llámese como se llame.

La esperanza es lo que moviliza al mundo, y soluciones hay mientras sigamos con vida, es tan solo de tiempo que podamso encontrar una solución a lo que aparentemente nubla el panorama tan desolador por que se pasa mientras se sufre, aunque esto no se comprende con el estomago vacío, y con la soledad y la desolación.

Recuerdo aca que la esperanza para los cristianos está en  Cristo, bien lo dijo el Venerable Papa Juan Pablo II en su libro Cruzando el Umbral de la esperanza "La prueba de que Dios se hace solidario con el hombre que sufre es Cristo muerto en la Cruz". Es sabio el Papa al decirnos esto, no fue fácil para Cristo morir en la cruz, no se vio él libre del padecimiento tortuoso, ni de la angustia, ni de  padecer la sed, entre mil padecimientos más.

Hemos nosotros de padecer cristianamente los padecimientos del mundo, si el mundo sufre que sufra cristianamente, hemos de hacerlo unidos a los sufrimientos de Cristo, así nuestro sufrir es un sufrir liberador, y no me estoy refiriendo a que busquemos el sufrimiento para poder unirnos a Cristo, me refiero a que si por algún motivo estamos sufriendo algo, que sepamos afrontar ese sufrimiento y lo hagamos unidos a Cristo.

Cada vez que suframos sería bueno poder situarnos frente a un crucifijo y mirarlo fijamente, darnos cuenta de cuanto dolor hay ahí reflejado y unirnos con el nuestro a ese dolor que nos dio la esperanza de una vida en Dios.

Cuando veamos a nuestros hermanos que sufren pues veamos en ellos a Cristo que una vez más sufre, y si de nosotros depende que tratemos de remediar en algo ese sufrir, ese dolor, esa pena...  Haití nos necesita, en este momento Cristo es Haitiano.

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