viernes, 19 de marzo de 2010

SOLEMNIDAD DE SAN JOSE

SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA

El culto a San José nació de la devoción con que la Edad Media rodeó a la Virgen María y al Niño Jesús. Si la fiesta del esposo de María y Padre nutricio de Jesús (siglo XV) cae en Cuaresma, se debe a un motivo fortuito, ya que los calendarios antiguos mencionaban el 20 de marzo a un mártir del mismo nombre. En algunas regiones se celebró en Tiempo de Navidad.


La misión de San José al lado de Jesús y María queda expuesta con claridad en el prefacio de la misa: José es «el hombre justo», esposo de la Virgen María, «el servidor fiel y prudente», custodio de la Sagrada Familia, que «haciendo las veces de padre, cuidará de Jesús». La colecta resume con hondura el misterio encerrado en sus diversas actividades: «Dios confió los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de San José". Ahora bien, el Señor quiso que San José continuara desempeñando en la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo, la misma función que había asumido cuando se entregó por entero a servir a Jesús». De igual modo que María, Madre de Jesús, es la Madre de la Iglesia, así también José, custodio de Jesús, es el protector de la Iglesia. Por eso pedimos que la Iglesia --cuya misión consiste en hacer que todos los hombres entren en la plenitud del misterio de la Encarnación--, «los conserve fielmente por intercesión de San José».

Oración de los Fieles

Oremos, hermanos y hermanas, al Señor, y pidámosle que se acuerde de nosotros, obra de sus manos: Respondemos a cada petición:

Escúchanos, Señor.

Para que el Señor, que puso en manos de san José el cuidado de su Verbo hecho hombre, asista a los pastores de la Iglesia, en manos de los cuales ha establecido los sacramentos de la gracia y los dones de la salvación, roguemos al Señor.

Para que el Señor, que ha querido que san José fuera patrono de la Iglesia y padre de su familia, derrame el espíritu de oración y de generosidad en los hogares cristianos, a fin de que surjan abundantes vocaciones para el servicio de la Iglesia y para la predicación del Evangelio, roguemos al Señor.

Para que el Señor, que puso la tierra al servicio del ser humano y le dio la misión de cultivarla, conceda a los trabajadores el sustento necesario y una vida digna y feliz, roguemos al Señor.

Para que el Señor, que permitió que san José fuera turbado por la incertidumbre y la duda y tuviera que huir de su tierra, venga en auxilio de los emigrantes y de todos los que viven en medio de dudas y tormentos, roguemos al Señor.

Para que el Señor, que quiso que san José fuese asistido por Jesús y María en el momento de su tránsito, sea benigno y misericordioso con los agonizantes y nos asista en la hora de nuestra muerte, roguemos al Señor.

Que nos ayuden, Señor, los méritos de san José, esposo santísimo de la Madre de Jesús, y que, por su intercesión, consigamos los bienes que, por nuestra debilidad, no nos atrevemos a esperar. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.


Prefacio

Misión de san José



El Señor esté con vosotros.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación,

darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,

Dios todopoderoso y eterno.

Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de san José,

el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios,

el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Hijo unigénito,

concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, nuestro Señor.

Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales,

cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo…

Textos tomados de : http://www.caminando-con-jesus.org/sanjose/LITURGIA.htm

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