lunes, 29 de marzo de 2010

¿Pasaste tu Domingo de Ramos?

El misterio de Cristo es también el misterio del hombre, junto al misterio de Cristo podemos todos, hombres y mujeres contemplar nuestro propio misterio. Miremos el ¿por qué?. He pensando en el pasaje del evangelio que se nos propone a los Cristianos cada año en el que se cuenta cómo Jesús hizo su ingreso a Jerusalén, un ingreso triunfante y glorioso, tal y cual es digno de un Rey, y lo pienso en el sentido que puede ocurrirnos en la vida cristiana, en la vida simplemente humana exactamente lo mismo, hay lugares, espacios, situaciones, y personas incluso de las que nosotros somos reyes, y nos gusta, -no con esto digo que Jesús buscó que le hicieran esto por mero orgullo- nos agrada ser reyes, hayamos un verdadero placer al saber que estamos dominando una situación y que tenemos el beneplácito de muchos que dicen y alardean con lo que hacemos. ¡Que gran peligro!

Quizas cuando estamos así, cuando estamos en el momento del ingreso, cuando estamos expectantes por lo que va a suceder, cuando somos los reyecitos, sea algo muy agradable y olvidamos la otra parte, y es la que el mismisimo día de la entrada triunfante de Jesús en Jerusalén, la liturgia que celebramos, tan solo unos minutos después de estar alegres ya nos propone la lectura de la Pasión, y ahí entonces se cambia el tono, se cambia, la sensación, se cambia el color. 

Es innegable que escuchar el relato de la pasión no es muy agradable, no es placentero, escuchar cómo fue tratado Jesús causa pena... y bueno eso es la vida misma, es así la vida, no es de otra manera, de un momento a otro tal como le ocurre a Jesús en su misterio, nos ocurre a los hombres, nos pasa exactamente igual, estamos de momentos de gloria y alegría a momentos de tristeza, dolor, angustia, soledad, momentos que por demás son asumidos en el amor por cristo, y deberíamos nosotros asumirlos como Él también nosotros.

Pasamos de la alegría al dolor, y del dolor a la alegría, que bello misterio, que gran misterio, que inmenso cúlmen de misterio... ¿Pasate ya tu Domingo de Ramos? recuerda que del elogio triunfal se pasa a la cruz que da la muerte, y de esta a la victoria final, ten cuidado si solo estás en el Domingo de ramos...

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