Emaús es un pequeño poblado al que se dirigian dos discípulos del Señor un tanto desconsolados por la muerte de quien les hizo pensar y ver la vida de una manera muy diferente a lo que el entorno social del momento le mostraba. Este espacio quiere hacer precisamente eso. Presentar de manera reflexiva esa hermosa relación en la que en ocasiones podemos estar dialogando con el mismo Jesús sin darnos cuenta, solo con la certeza de que nuestro corazón arde....(Lc 24, 35)
miércoles, 22 de julio de 2009
Llora el hombre Dios.
Aquella ciudad ve y su rostro frío está.
Aquella ciudad ve y su rostro frío esta, ¿por qué? ... no lo se.
De sus ojos lágrimas corren por sus mejillas adentrándose con su suave y sutíl fuerza sobre su velluda quijada.
Llora... llora... llora el hombre, y el susurro de la noche es un melancólico canto celestial.
Bajo el susurro del viento, bien dentro de el, un grávido canto seráfico recita un suave piedad que el viento lleva al confín universal.
Todo es silencio... y solo el gemir del llanto del hombre dice al viento ¡ a callar!
Sólo... en el cerro alto, el hombre humano y divino llorando está, misterio insondable de pura verdad.
Humano y divino llorando está, millones de seres alados, volando, buscando, llorando están, pues el hijo divino acongojado está. Misterio sublime Dios mismo lágrimas dar.
Ciudad pervertida perdida estas, ni a Dios haces caso, seguro fracaso tuyo será.
El Emmanuel te quiso amar, te amó, y te ama, pues confundida estás.
Misterio... misterio tan hondo que Cristo por tí llorando está.
martes, 21 de julio de 2009
Yo no volví a decir nada...
lunes, 20 de julio de 2009
¿Le tienes miedo al miedo...?
domingo, 19 de julio de 2009
Amarillismo!
sábado, 18 de julio de 2009
¡La soledad!
Quizas cada uno tenga mucho que responder frente a la soledad, habrá quienes defiendan que es buena, necesaria, justa, oportuna... pero una cosa si es cierta es que a esta todos le tenemos miedo.
Le tememos a la soledad pues los seres humanos somos seres sociales por nuestra misma naturaleza, somos seres correlacionales, vivimos y nos hacemos en la relación con el otro o la otra, bástenos mirar lo frágil de un recién nacido, no creo haya ser mas dependiente de su madre que el ser humano.
"El hombre no puede cumplir libremente sus decisiones sino mediante su relación con el mundo y con los otros seres humanos, como tampoco puede tener conciencia de sí mismo sino mediante su vínculos con el mundo y con los otros hombres"(1)
La soledad creo yo es la ausencia de esa presencia afectiva del otro o la otra más que la ausencia de presencia física, es según mi parecer la ausencia de esa presencia afectiva y efectiva.
En nuestro mundo de hoy es más grande cada vez la soledad, existen seres humanos que viven inmersos en la sociedad de humanos pero que en definitiva viven solos. especialmente nuestros jóvenes están solos, aun si no lo parece cada uno vive solo, forman algunas veces grandes grupos de amigos con los que comparten una serie de actividades que les llaman la atención pero en definitiva cada uno vive solo, además de su propia voluntad por no querer compartir lo que les ocurre en su interior.
¿Qué decir entonces? somos hijos de la cultura de la individualidad, cada uno hace lo suyo y eso basta. Miremos solamente un viaje en servicio publico de transporte, asi haya alguien a nuestro lado compartiendo el viaje es un completo desconocido.
Revisemos la relación que hacemos, revisemos nuestra manera de relación con los demás, revisemos nuestro interior ¿será que estamos viviendo solos en medio de una sociedad?
El temor por la soledad se termina cuando se siente la presencia cercana, humana, amorosa de alguien mas... seamos presencia cercana, efectiva y afectiva y no nos sentiremos solos.
(1) Escatología: subsidio para estudiantes de Teología. P. Ignacio Alvarez Gómez. UPB 2009
viernes, 17 de julio de 2009
Enséñame...
Señor enséñame a saludarte cuando estoy ante tu presencia sacramental, a encontrarle sentido a aquellos gestos que te manifestamos los hombres para reconocerte como el sumo creador y dueño de todo.
Enséñame a callar, para escuchar tu voz en el susurro del silencio interior, a no hablar siempre, por miedo a escuchar tu voz de Padre... a abrir mis manos para recibir de tu generosidad todo cuanto puedes darme... a estar conforme con lo que tengo y lo que soy.
Enséñame a confiar en que la paz en el mundo empieza conmigo mismo.
Enséñame a dejarme corregir y a corregir... a amar y dejarme amar... a perdonar y a sentirme perdonado... a cultivar y no a destruir...
Enséñame señor a que mi amor por ti en mis hermanos trascienda los umbrales del color y la raza, y que sepa yo amar a todos con el amor que tu tuviste por toda la humanidad.