“Llegan a Jerusalén; y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y que compraban en el templo; volcó las mesas de los cambistas, y los puestos de los vendedores de palomas, y no permitía que nadie trasportase cosas por el templo. Y les enseñaba, diciéndoles: ¿no está escrito: mi casa será llamada casa de oración para todas las gentes? ¡pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos! Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban como podrían matarlo; por que le tenían miedo, pues toda la gente esta asombrada de su doctrina. Y al atardecer, salía fuera de la ciudad.”
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.
Meditación:
Las cosas de Dios son santas. No hemos aprendido a tratarlas como se merecen. Hemos de empezar por nosotros mismos, ¿acaso no somos imagen y semejanza de Dios?
Jesús pide en este pasaje el respeto que se merecía el templo, que es un lugar de culto. Nosotros mismos somos templo del espíritu y en ocasiones ni nos respetamos, ni nos hacemos respetar. Nuestro cuerpo es maltratado en diversas ocasiones y de diversas maneras. Jesús se encoleriza por un irrespeto a un lugar de culto, hay de nosotros si Jesús volviese a ver ahora nuestros templos, no solo los materiales, sino los espirituales que somos cada uno de nosotros. ¿cómo tenemos nuestro propio templo?
Oración:
Señor, calma tu santa ira, y vuelve a nosotros tus ojos de misericordia y bondad, ayúdanos a encontrar la manera digna de mantener nuestro templo para que tu espíritu pueda habitar en nuestro interior y nos e vea irrespetado.
Concédenos la gracia de saber entender que las cosas santas se tratan con santidad. Amén.
Padrenuestro.
Avemaría
Gloria.
Que bueno que encontré esta página ya que ver el templo de Dios y dentro de el escuchar música y gritos tal cual una cantina; me dejó muy confundida.
ResponderEliminarEs muy cierto realmente gracias me ayudó mucho 😊😊😊😊😊
ResponderEliminar